Voy por un río que me lleva hacía el mar,
mi barca es pequeña y no esta hecha para navegar,
me agarro fuerte a ella,
no quiero volcar,
el agua ahora es dulce,
pero pronto se fundirá con la sal,
porqué ser marinera,
en agua cristalina,
cuando siempre fuí pescadora,
de pequeñas rías,
quiero avanzar,
y llegar sana al final,
pero mi barca es de mala madera,
sé que pocas olas aguantará,
ya noto la marea viva,
que me quiere zarandear,
pobre barquita mía,
que poco vamos a durar,
después de recorrernos afluentes amazónicos,
la sal nos ha de derrotar,
que dulce nos fue la vida,
y que traicionera nos fue la mar.
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