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martes, 18 de febrero de 2014

Lloré, lloré, lloré.

Respirar, tan sencillo como eso. Coger todo el aire del mundo, difundirlo por mi cuerpo, saber que este dolor es profundo, sentir que mi corazón ya no es mudo. Calle. Sufrí. Lloré, lloré, lloré. Lloré tanto que ya no me sale, lloré tan largo que ya no siento. Tú, bestia voraz que devoraste mi vida entera, tú, culpable de mi media sonrisa, culpable de mi felicidad insincera. Lloré, lloré tanto que al ahogarme entre mis lágrimas decidí echar un trago, trague mi sal y me revolvió el estómago, ahora intento hablar pero solo callo. Lloré, lloré y pare de llorar, elegí vivir a mi manera, elegí perderte sin mas.

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