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sábado, 19 de abril de 2014

Copérnico.

Un mar, un mar enorme de estrellas,
todas ellas tienen dueña.
Brillaban, parpadeaban, eran miles y cientos,
tantas como veces en ti pienso.
Bueno, quizás exagero,
o quizás miento queriendo formar un sentimiento,
pero eran tan bellas, tan lúcidas,
tan intensas que aún sigo pensando en ello.
Me llamaron loca,
por querer coger un trocito de galaxia con mis manos,
recé muy fuerte,
tanto que ese dios me dio un puñado de pleyades,
las guarde en mi bolsillo pero alumbraban demasiado,
fui corriendo todo el camino,
pero me vieron y me cazaron.