Por esa gente tan dura que cavalga sobre la rudeza,
animas sin luz,
ignorantes de lo esencial,
andantes sin destino,
casi como recién nacidos,
creeis tener poder de dirección,
pero en el fondo sois manipulables,
como una pluma en la mano del escritor,
hay que tener la meta clara,
no dejarse llevar por la actitud,
pues sabiendo que somos caminantes,
caminaremos a nuestro son,
no al que marque el falso mentor,
que piensa que todos somos iguales,
quiere que tomemos la misma decisión.
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