Esos ojos,
locos, locos, locos,
mirando a la nada,
y nada toco,
porque lo poco que toco lo destrozo,
en el alma oscura,
aguardo en la penumbra,
escondo un beso,
lo agarro con celo,
ni se te ocurra pensarlo,
es mío,
tu nunca serás el dueño,
de este mágico sueño.
Ahora vuelo,
la ciudad estalla,
yo sigo en esta nube,
que me cubre de veneno,
la noche es fría,
pero me reconforta el duelo,
de saber que ya son negros,
los ojos locos por los que veo.
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